fam34 Los Deberes de la Madre

Por David Cox
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Este folleto explica los deberes de la madre según la Biblia explicando el propósito bíblico de la mujer, y la madre como sierva, como ama de casa, como maestra, y como ejemplo de obediencia. TEMAS: El Propósito Bíblico de la Mujer | La Madre como Sierva | La Madre como Ama de Casa | La Madre como Maestra | la madre como ejemplo de obediencia

Deberes de la Madre

Prov 23:22 Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.

Nuestro día es tan triste que no debe sorprendernos nada de lo malo que pasa, ni de las extremas desviaciones que la gente hace. Pero cuando vemos relatos en las noticias de una madre que le hizo gran daño a su hijo por la falta de interés, descuido, o por pura maldad, necesitamos regresar a la Biblia y estudiar de nuevo los deberes que Dios propuso a la mujer como madre.

El Propósito Bíblico de la Mujer

En Génesis 2:18, Dios dijo que vio que no era bien que el hombre estuviera solo, entonces Dios hizo una “ayuda idónea” para él. Esta palabra “ayuda idónea” viene del hebreo ‘azar [H5826] que significa de sitiar alrededor de alguien, de protegerle o auxiliarle. El propósito de la mujer es emocional (remedio para la soledad), es para auxiliar al hombre socialmente, y es para establecer el hogar. Mientras el hombre es cabeza de la mujer (Ef. 5:23) y del hogar (Gén. 18:19), la mujer tiene la tarea de hacer lo que sea necesario para que el ambiente del hogar sea beneficial para todos allí. Es extremadamente triste ver como es común entre las mujeres de hoy el rehusar todo tipo de deber o actividad en el hogar, de dejar todo a como caiga, o se lo deja al esposo, a los niños, o a terceros, y la mujer se sale a trabajar, pasear, o hacer su vida social con otras mujeres iguales. La mujer obediente ve su lugar en el hogar y quiere quedarse la mayoría de su tiempo en el hogar.

Pablo incluye en sus observaciones hacia las mujeres cristianas que deben “amar a sus maridos y a sus hijos” (Tito 2:4). Dios es amor, y el amor está definido personalmente en nuestras vidas por nuestras madres más que nada. Ella es quien que nos enseña qué es el amor.

La madre como sierva

Unos se quejan que la madre es la esclava de todos, pero la sabia hija de Dios entiende adónde va su servicio, y por qué sirve a su esposo y a su familia. Según Mateo 24:40, Jesús enseñó que servicio a otros es lo que nace en el corazón de un verdadero hijo de Dios. Sirviendo a otros es como un cristiano demuestra su amor por Cristo. Ve el amor que Cristo tuvo por él en salvarle su alma, y brota espontáneamente el deseo y acción de servir a otros como que está diciendo “Gracias Jesús por salvarme. Te presento este servicio por ello.”

La madre ama de casa

“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?” (Prov 31:10).

Dios busca la virtud en las mujeres, que es una fuerza espiritual a obedecer a Dios y hacer lo que agrada a Dios a todo costo. Este cuadro de una buena mujer (madre y esposa) es muy importante, porque nos revela la voluntad de Dios. Pero Dios busca calidades espirituales que manifiesten el carácter externamente. Pablo dijo a Tito que las mujeres ancianitas enseñen a las mujeres jóvenes a ser “cuidadosas de su casa… para que la palabra de Dios no sea blasfemada.” (Tito 2:3). La mera fabrica de la salvación es la sujeción a Dios, y la mujer cristiana es el ejemplo donde todos aprendemos viviéndolo diariamente. El ataque de Satanás en derrumbar a la mujer sumisa es lo que nos ha causado tantos problemas hoy en día.

Prov 14:1 La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba.

La mujer sabia cristiana es una persona que se dedica a edificar su hogar espiritualmente tanto físicamente. Busca arreglar el hogar y poner las cosas en orden para que sea un placer vivir allí, (o sea, la mujer cristiana le gusta hacer quehaceres porque es parte de sus deberes espirituales como madre y esposa), pero también ella edifica espiritualmente su hogar. Esto es por defender y proteger a sus hijos de peligros peligrosos, tantos físicos cómo espirituales, y enseñarles.

Ella es “cuidadosa de su casa” (Tito 2:5). Significa que se queda en el hogar, alguien que tiene preferencia de quedarse en la casa, ordenando y cuidando la casa. Implica alguien entregada a quehaceres, que le gusta hacer quehaceres del hogar porque le da placer de hacerlo. Es alguien contenta de dedicar su vida al hogar. Ella no es floja o dejada, (Pro 24:30-32) porque entiende el error de esto, y se ve en su hogar (está limpio y en orden). Pablo condenó a las viudas jóvenes que “aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa, y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran…” Entonces Pablo les mandó, “que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia.” (1Tim 5:13-14). La idea es que se dedican a ser buenas esposas y madres, y esto (lo que dijo) es lo que es una buena esposa y madre.

Ella trabaja en conjunto con su marido para crear un exitoso hogar cristiano. El esposo debe proveer económicamente para el hogar, para sostener a su familia, pero la mujer tiene la obligación como padre de los hijos también de trabajar. Pero Dios representa los esfuerzos femeninos siempre centrados en la casa, y el trabajar masculino como en el campo. La mujer toma “lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos” (Prov 31:12). La mujer virtuosa es una persona que se queda en el hogar pero busca aumentar los ingresos de la casa, o de reducir los gastos de la casa. Ella produce productos de vender afuera (tiene negocios 31:18), o busca la forma y aprende ella misma como hacer lo que usan la familia para que no tenga que comprarlo. Su horario de trabajo es muy de mañana hasta muy noche (Prov 31:15). Ella es una persona quien trabaja para proveer para otros de tal forma que su esposo confía en ella (31:11), sus hijos y sirvientes reciben su justa porción (31:15), y hasta los pobres y menesterosos (personas bajo aflicción y sufrimiento) reciben ayuda de ella (31:20). Por todo este capítulo de Proverbios 31, ella demuestra mucha energía e inteligencia en fabricar cosas para el uso de su familia o para vender, pero su área de trabajo y convivir es siempre desde el hogar. Es una persona que se queda en la casa mucho, pero que no es ociosa.



La madre como maestra

Prov 1:8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre;

(ve Prov 6:20) Es dicho que la madre da dirección a los hijos. Esta palabra es “ley” como los diez mandamientos. Viene de una raíz que significa de fluir como agua [H3384 yarah], o de echar algo suavemente (como tirar una flecha), o de enseñar. Todos estos conceptos hablan de algo que una persona hace (reglas o establece e impone principios) para que “funcione suavemente y bien la casa”.

Prov 30:17 El ojo que escarnece a su padre Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos de la cañada lo saquen, Y lo devoren los hijos del águila.

Dios ha puesto a la madre como el primer y más entremetido adulto en la enseñanza y corrección de los hijos. Dios exige que los niños aprendan a apreciar y honrar a sus padres, especialmente a su madre. El punto de mucho interés para Dios es que cada persona desde su niñez tenga una relación con autoridad, donde entienda y reaccione correctamente a las autoridades en su vida (Rom. 13:1 “sométase toda persona a las autoridades superiores”). Esto empieza con un bebé y su madre. Dios maldice a las personas que se rebelan y obran en contra de la autoridad, entonces los primeros años son muy importantes para que los padres se impongan como autoridades en las vidas de sus niños, y que los niños aprendan a respetar la autoridad sobre ellos. Dios promete larga vida a los que honran a sus padres (Éxo. 20:12). La mujer está sujeta al esposo, igual como los niños deben estarlo a sus padres. Dios dice que es desviación del camino de vida cuando las “mujeres se enseñorearon del” pueblo (Isa. 3:12). La mujer tiene su lugar, y es de estar sujeta al esposo, no dominándole. “Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” (Gen 3:16). La reacción y conducta de la mujer hacia su esposo es espiritual y ejemplar para los niños. La rebelión de la mujer imparte rebelión a los niños. La mujer sumisa enseña respeto, reverencia, y sujeción a las autoridades para los niños.

Prov 29:15 La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.

La madre es quien da la corrección (castigo, refutación, razón o explicación porqué algo es como es). Ella está relacionada con “la vara” porque el castigo por mala conducta tiene que ser de inmediato, y no esperar a que el padre llegue.



La madre como ejemplo de obediencia

Ef. 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

La madre y esposa cristiana es un ejemplo vivo para los niños de cómo debemos sujetarnos a Dios. Pero ella demuestra esta sumisión a su esposo, para que los niños vean el vivo ejemplo de la sumisión. A veces no parece que el esposo es justo o amable o sabio en lo que quiere (y lamentablemente, esta estimación es la verdad a veces), pero aun si así parece, Sara obedeció a Abraham, y ella es el ejemplo (1Ped 3:6) de una buena madre y esposa.

Pedro dijo que la mujer buena es alguien que no distrae su atención y energías a su “atavío… externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos” (1Ped 3:3). Su vida está invertida en una atención al espíritu, “vuestro atavío… interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1Ped 3:4).

“Afable” significa suave, humilde. “apacible” significa alguien que se queda sentado, quieto, sin turbios o estorbos, tranquilo y viviendo en paz. La tranquilidad de la mujer cristiana es lo que da estabilidad al hogar cristiano. La madre debe ser un ejemplo de paz y paciencia, donde ella se queda sentada en lugar de explotar, enojarse, o ventilar su enojo o molestia. Con niños chiquitos, la mujer tiene mucha práctica en como hacer esto. La sujeción es como un vestido espiritual, y Pedro añade, “se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos” (1Ped 3:5). Esto habla de una ropa o vestido celestial en el futuro y espiritual para aquí en la tierra. Esto es su primera ocupación, de manifestar la gloria de Dios por vivir la voluntad y carácter de Dios.



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