fam14 Los Padres que Agradan a Dios

En este folleto, Padres que Agradan a Dios, examinamos cuales son las marcas de un buen pariente.

Los Padres que Agradan a Dios
Las Marcas de un Buen Padre
Por David Cox
[fam14] v1r ©2008 www.folletosytratados.com
Se puede fotocopiar e imprimir libremente este folleto
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A veces los hombres piensan que son muy buenos padres, cuando en realidad, no lo son. No es como nos parece a nosotros que cuenta aquí, sino que ha dicho Dios sobre el asunto. Entonces debemos explicar lo que se hace un hombre un buen padre en los ojos de Dios. Su relación con Dios va a causar al hombre de portarse bien con su esposa y con su familia.




La Responsabilidad del Hombre

Cuando hablamos de la responsabilidad del hombre con su familia, tenemos que regresar al huerto y enfocar en Adán con su familia. Vemos en Génesis 2:15 que Dios dio a Adán la tarea de “labrar” (trabajar) y de “guardar” (tener cargo de algo en que tiene que vigilar la cosa). El buen padre admite que tiene deberes delante de Dios en cuanto su familia, de trabajar para sostenerla y de guardarla de peligro y problemas.

Gén. 3:17-19 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Cuando esta primera familia cayó en pecado, Dios culpó al hombre con no tomar el liderazgo, y específicamente su pecado era “por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer”. Por no ser líder, Dios castigó y castigará a cada hombre. Entonces un buen padre entiende su liderazgo sobre la familia y desempeña su vida y su relación adentro y afuera de su familia como el líder de su familia.

En el caso del pastor sobre una iglesia, él debe ser ejemplar de qué es un buen hombre, y específicamente Dios propone que un buen hombre de Dios sea alguien que “gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad” (1Tim 3:4).

El liderazgo del buen padre es de ordenar a su casa para que todos en conjunto adoren y sirvan a Dios.

Josué 24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

Josué propuso que él y su casa bajo su liderazgo iban a servir a Dios. Entonces podemos identificar a un buen padre como una persona quien ordena a su casa tal que se ve él y su familia juntos sirviendo a Dios.

Génesis 18:19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él

Dios hizo el comentario sobre el “amigo de Dios”, Abraham, que Dios confiaba que Abraham iba a ordenar a su casa. Abraham iba a causarles de andar en el camino de Jehová, e iba a causar a su familia de “guardar el camino de Dios”. Este “guardar” es la misma palabra de Génesis 2:15, de vigilar una carga o responsabilidad que uno recibe. Los que quieren un buen hogar tienen que aceptar las responsabilidades relacionadas con un hogar cristiano. Hay hombres cristianos quienes que nunca oren con sus familias, nunca leen la Biblia con ellos, y nunca explican los principios de Dios a ellos. No llevan a su familia a la iglesia, y no participan con ellos en las cosas de Dios. Así no van a recibir las bendiciones de Dios para la familia.

Isaías 38:19 El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos.

La palabra “verdad” aquí en hebreo es firmeza, fidelidad, algo confiable o estable. Los padres deben hacer conocido y común la firmeza, fidelidad, y estabilidad de Dios por que ellos viven esto actualmente en sus vidas.

Colosenses 3:19 Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. 21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.

Se hace estas responsabilidades en amor, y no para provocar la ira o la rebelión. El buen padre no se hace a su esposa amarga (significa ser indignante, enojada, irritada). No hace exasperar a sus hijos. Esto significa de levantar en fuertes emociones por medio de provocación. La regla que le guía es de no desalentar a su familia por como ordena e impone la autoridad que Dios le ha dado espiritualmente hablando.

Efesios 6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Los buenos padres no van a causar la frustración o el enojo en sus hijos, sino el orden y la disciplina.




El Buen Padre Disciplina a sus Amados

Hebreos 12:5-9 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

Un buen padre es alguien que ama a sus hijos, y por lo tanto, disciplina a sus hijos de fallas en su carácter para que sean buenos cristianos. Hay dos partes de esto, hay disciplina por la parte del padre, y hay reverencia y respeto de la parte del hijo. Un buen padre insiste con la disciplina que sus hijos respeten y honren a los adultos y a personas en posiciones de autoridad. Igualmente hay una recepción de disciplina en los hijos por que ellos respetan al padre. Entienden que la disciplina viene porque el padre les ama a ellos. Sienten y oyen regularmente expresiones de amor de su padre.




El Buen Padre Sostiene su Hogar

Lucas 11:11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?

1° Timoteo 5:8 Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.

Efesios 4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Un buen padre es una persona que le da mucho gozo y tranquilidad de su alma a proveer para su familia. Es su esfuerzo principal en el hogar. Hasta Pablo dice que el hombre que no da a su familia se ha negado su fe. O sea, ni es salvo realmente y no puede pretender de ser salvo si no atiende a las necesidades de su familia. Todo buen padre entonces es un buen trabajador, quien que trabaja duro para ganarse bien, para que pueda ayudar a su familia económicamente.




El Buen Padre se Enfoca Espiritualmente

1° Timoteo 6:6-11 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.

Hay más de ser un buen padre que nada mas ser un banco abierto siempre para sus hijos y esposa. También hay enseñanza espiritual que ellos tienen que recibir. Aquí vemos la gran necesidad de desenfocarse en las riquezas y posesiones del mundo para encontrar la verdadera paz, tranquilidad, y bendición. Un buen padre se refrena de buscar las riquezas y posesiones como su primera meta en la vida. Busca de ser contento con lo que Dios le permite de ganar. Su familia es enseñada igualmente. No se caen en el error de la codicia y avaricia.

Proverbios 30:7 Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: 8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; 9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.

Hay un balance entre mantenernos con nuestro pan diario, y no entrar en la búsqueda de enriquecerse.

Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

Mat 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

El buen padre tiene que pelear con la avaricia en su propia vida, y en lo que trata la avaricia de establecerse en la vida de su familia. Posesiones y riquezas les proveen la felicidad, paz, ni tranquilidad. El padre siempre enfoca estas cosas para su familia. Además el buen padre cuida a su familia para que el afán y el querer riquezas no roben la prioridad de Dios en sus vidas. De ser contento es algo que viene solamente cuando alguien lo busca con todo su corazón. De siempre querer más y mejor, más caro, y muy extremo no es de ser contento. El buen padre promueve esto, y es un ejemplo de ello.




El buen padre se compadece de sus hijos

Salmo 103:13 Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.

La idea de compadecer es de tener compasión y sentimientos para alguien, de profundamente amar a alguien y tratarle tiernamente. El buen padre hace esto con su familia.




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