doct071 Nuestra Santificación

doct71 Nuestra Santificación examina que la salvación es más que ir al cielo, es de limpiarnos de la presencia actual del pecado en nuestras vidas terrenales.

doct71 Nuestra Santificación examina que la salvación es más que ir al cielo, es de limpiarnos de la presencia actual del pecado en nuestras vidas terrenales.

Nuestra Santificación
Por David Cox

[doct71] v1 ©2023 www.folletosytratados.com
Se puede fotocopiar e imprimir libremente este folleto

Romanos 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

Salmos 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

La santificación ha sido definida así, “Santificación es la obra del Espíritu Santo en que nos cambia progresivamente librándonos más y más de los pecados de nuestra vida e imponiendo los atributos divinos de Jesús en nosotros.” Es a la vez, una acción de quitar lo malo e imponer lo bueno. No puede una persona quedarse en un vacío. Es de hacer lo derecho, lo correcto, que reconocemos que es la justicia, y es de refrenarnos de las tentaciones al pecado, y de parar el mero pecado.

Sobrevista

1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

Dios no nos salva para que hagamos fiesta con nuestras vidas, viviendo en vicios y placeres. Nos salva para incorporarnos entre los redimidos, para que formemos parte de la iglesia de sus hijos. La vista siempre es de quitarnos de la confusión del mundo para que seamos soldados en su ejército, a luchar en su obra, para cumplir con los propósitos de Dios.

Hay dos cosas que cada salvo está obligado a hacer. 1) Declarar a Dios públicamente al mundo. 2) Declarar al mundo la salvación de Dios. En el primero, insistimos que Dios sí existe, que es el Ser Supremo, el único Dios, el único Ser Supremo, sobre todo, y también declaramos sus atributos. Sobre todo, que Dios es santo, y para vivir con Dios (en el cielo en su hogar) o sin Dios (en el infierno, bajo su ira) uno tiene que creer en Jesucristo y recibirle. El hecho de recibir a Jesús implica también de ser como Él es, santo.

Tenemos que ser Santos

1 Pedro 1:15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Dios no acepta a ningún ser en su hogar que no sea santo. La situación para los seres humanos es así: Primero, somos criminales morales por nuestros pecados, y a fuerzas tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados, confesándolos, y recibir a Jesús como nuestro Salvador. Segundo, tenemos que energéticamente entrar en la progresiva santificación de nuestras vidas por el lavamiento de la Palabra de Dios enfrentando nuestros pecados, y nosotros rindiéndonos al poder y mandamientos de Dios. La contraparte de esto es la falta de nosotros de hacer la justicia de Dios. Esto es, de estar siempre haciendo las obras que Dios quiere que hagamos, por ejemplo, orando, testificando, regañando y rechazando el pecado.

2 Corintios 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. Nuestra “salvación” incluye mucho más que un boleto para salir del lago de fuego, el infierno. Es una transformación espiritual. Esto está encapsulado en el concepto de ser nacido de nuevo (Juan 3:7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.) También está encapsulado en la idea que el salvo es una nueva criatura (2ª Corintios 5:17 De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.). Esto es lógico. Por creer en Jesús, en su obra en morir y resucitar de la muerte para pagar por nuestros pecados, ahora somos hijos amados de Dios, y este estado viene con bendiciones de Dios. Estas gracias o dones o regalos son cosas espirituales que nos hacen bien. Sobre todo, es de quitar la maldición del pecado. La salvación nos quita el castigo de ir al infierno, y ahora estamos estudiando cómo Dios hizo la salvación también de actualmente quitar los efectos del pecado en nuestras vidas, y esto es solamente por dejar de pecar y andar en la justicia de Dios.

Dios nos quiere limpios del pecado

Efesios 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, Dios nos ama. Este amor es como cuando una pareja se aman con sinceridad. El marido no quiere nada malo para su esposa. Ni la mujer para su marido. Por este amor les ayuda de quitar cosas dañinas para que uno no dañe al otro.

Pero el punto sobresaliente en todo esto es muy profundo. Dios es todo sabio. Sus caminos son bendiciones para todos los que andan en ellos. Pero si sales de la voluntad de Dios, va a haber dolor por ello. El pecado te daña a ti y a todos a tu alrededor. Debemos aborrecer el pecado y alejarnos todo que podamos de ello. Debemos ver la alternativa, la justicia de Dios (justicia es de hacer lo que es correcto ante los ojos de Dios), y andar en ello en lugar de pecar.

Por Lavamiento, quiere decir, no pecar

Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

La salvación de Dios es primeramente por medio de la fe en Jesucristo. Pero no “usamos a Jesús” solo para ser salvos y nos deshacemos de Él cuando viene a vivir por lo demás de nuestras vidas. Debemos entender que Jesús vino en carne para ser nuestro patrón moral, en cómo debemos vivir.

Fíjate en Tito 3:5 que está hablando sobre la salvación (“nos salvó”) pero en la vista de Dios, nuestro “ser salvo” está envuelto altamente en nuestro lavamiento, nuestra regeneración, y nuestra renovación. Nuestra santificación está altamente metida dentro de la salvación.

Dios desea una renovación espiritual

Efesios 4:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

Esta exhortación de Dios es nuestra santificación. Que completa nuestro “nacer de nuevo” (Juan 3:7) y ser una nueva criatura, nueva creación en Jesús (2ª Corintios 5:17 De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.). Aquí tenemos que hacer otra observación profunda. El ser salvo es de “DEJAR” tu vida vieja, y “ENTRAR EN UNA VIDA NUEVA”. A los inconversos, no les agrada ir a la iglesia, escuchar sermones, cantar cantos, dar acciones de gracias, orar, ofrendar, ni testificar. Pero para la nueva criatura que es una persona salva, sí, tiene que aprender a “andar en estos caminos de Dios.”

Cambiamos a ser como Cristo

Colosenses 3:10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,

Es el proceso que Dios quiere que cada cristiano llegue a ser moralmente como Jesucristo. Esto es el blanco para este cambio espiritual. Tenemos mandamientos directos en la Biblia, y más allá que esto, la vida de Jesucristo para guiarnos al estilo de vida que Dios quiere para nosotros. Adicionalmente, nos impuso el Espíritu Santo en nuestras vidas para activar nuestras conciencias, trayendo los versículos, los sermones que se leen y explican estos versículos, igualmente nuestro entendimiento de estos versículos para indicarnos lo que está mal, aunque la Biblia no directamente habla de ello.

Ahora somos los trabajadores de Dios

1ª Corintios 3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

Hay un solo propósito para todo creyente. Cuando uno es salvo de los pecados, es para hacer lo que Dios quiere, de hacer la obra de Dios. Pero Dios no quiere usar herramienta sucia. Por esto, Dios limpia a cada creyente de sus pecados, (y se llama esto nuestra santificación). Aunque el proceso de santificación es lento, es seguro. Debemos estar más santos ahora, este año más que éramos el año pasado.

Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Dios nos salvó y Dios nos recreó a cada creyente para que sea un trabajador limpio (moralmente) y activo y trabajando en la obra de Dios.

Dejemos ser ejemplos de Cristo

1 Corintios 11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. Efesios 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

1 Pedro 2:20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.

1 Juan 2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

Debemos ser como Dios, no en los aspectos que nunca podemos alcanzar (como existir y ser presente en todo lugar) sino ser como Dios en su moralidad. Esto sí podemos imitar. Como Dios es santo, podemos nosotros ser santos también. Como Dios es amor, podemos demostrar este carácter divino de amor en nuestras vidas. La santificación es tanto dejar el pecado como de vivir positivamente el carácter moral de Dios, y una entrega alta, una dedicación intensa, para hacer la obra de Dios. Hacemos esto por nuestro carácter moral y nuestras actividades para Dios.

1 Timoteo 4:12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.

Debemos esforzarnos para vivir todos los aspectos de nuestras vidas para Cristo. Esto empieza con ser salvo, ser cambiado espiritualmente. Igualmente, esto es nuestra santificación. Download “doct071-cox-nuestra-santifcacion-v1.pdf” doct071-cox-nuestra-santifcacion-v1.pdf – Downloaded 0 times – 126.83 KB

doct71 Nuestra Santificación

Más Folletos sobre la Doctrina