ig58 ¡Cuidado Cómo recibes la Palabra de Dios!

ig58 ¡Cuidado Cómo recibes la Palabra de Dios! Examina el oír la Palabra de Dios para tener fe y salvación y no para perjudicarse.

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¡Cuidado Cómo Recibes la Palabra de Dios!

“Viendo no ven”
Mateo 13:1-23

Por David Cox

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Mateo 6:32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Jesús, en una enseñanza sobre dejar tus pesares y problemas a los pies de Dios, se presentó una alternativa a la preocupación y ansiedad, y esto es el buscar el reino de Dios ANTES de las cosas de sustento, abrigo, comida, etcétera, y Dios te dará lo necesario y también el reino del cielo. La enseñanza concentra en cómo uno recibe la Palabra de Dios. ¡No dejas el diablo jugar con tu mente!

Examinamos esta parábola y como hacemos caso a la Palabra de Dios. ¿Tenemos el corazón duro o recibimos y cambiamos nuestras vidas?

La Parábola del Sembrador

En Mateo 13:1-23 Jesús relató una enseñanza. Primeramente decimos que su enseñanza es para los evangelistas en dar el evangelio al mundo inconverso. Su punto para ellos entonces es simplemente dar el evangelio a todos, pero fíjate que pocos serán los que realmente recibirán el evangelio para ser salvo. Su corazón duro o engañado es el problema. Pero uno NO debe pararse con esta conclusión solamente. El evangelio es lo mismo en todos los casos, y el evangelio es dado sin distinción a todos los tipos de personas. La diferencia es en cómo cada persona recibe el evangelio, o la Palabra de Dios. “viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden” (Mt 13:14) significa que ¡hay una percepción espiritual QUE TIENE QUE PASAR PARA QUE UNO SEA SALVO REALMENTE! Esto es de capturar espiritualmente los principios y hacerlos internos. Sin esto, uno no es salvo.

Las Marcas de la Salvación

Mateo 13:15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.

Cuando el evangelio (las buenas nuevas de la Palabra de Dios) entra realmente en uno, hay “una conversión” que pasa. La persona es “sanado”. Esto no es sanado de una enfermedad física sino del pecado. De ser sano es de no tener la enfermedad. Esta enfermedad es el pecado reinando en tu vida. También la verdadera salvación es representada con el ser “convertido.” Hay una diferencia entre lo que era la persona ANTES y lo que ES AHORA. Nadie es salvo si su vida no cambia. Salvación en sí es este cambio o el nacer de nuevo espiritualmente.

2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Este cambio habla de una secuencia de hechos, acciones, y actitudes que corresponde a la nueva vida en Cristo. Esto es “fruto” que es la evidencia de un cambio espiritual, y el cambio es la salvación.

El Cambio Espiritual. Unas personas engañándose a sí mismo se portan como un cristiano por un rato, a fingir que son salvos. Pero la salvación es el cambio, y con tiempo se manifiesta lo que es la persona por la presencia o la ausencia de este cambio espiritual.

Jesús se refería a Isaías, porque la gente supieron bien “la Biblia”, pero a un conocimiento solo en sí no resulta en ningún cambio real y permanente en ellos, su corazón “se ha engrosado… y oyen pesadamente” (Mateo 13:15). La idea aquí es como de tener un callo, aunque hay estimulante, no hay reacción. Implícito es la idea de que Dios está metiendo en nuestras vidas, pero rechazamos esta energía y preocupación divina como una molestia. La resistimos, y la deshacemos de ser influencia espiritual sobre nuestras almas. Edificamos una piel gruesa en que aprendimos de no dejar la voz de Dios “llegar a nosotros” para que se nos cambie espiritualmente. Es de hacer el alma callosa espiritualmente hablando. En griego clásico, la idea es de hacerse  no sensitivo y sin reacción de nuestra parte a la ayuda que Dios nos ofrece.

Muchos escuchan sermones cada domingo, y leen sus Biblias cada día, pero sus vidas no se cambian, y esto es porque no son realmente salvos. Esto es el resultado de años y miles de hechos de su fuerte voluntad en rebelión en contra Dios y de ser incentiva a la voz de Dios.

Los Suelos

Cada suelo de esta parábola representa respuestas típicas de las personas al evangelio y obra de Dios en su corazón.

La Semilla Arrebatada

Mateo 13:19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

Podamos decir que esta persona ni consideró por la primera vez el evangelio y las cosas de Dios. No hablamos de dureza del corazón después de haber oído el evangelio, sino personas que ni tienen el tiempo ni deseo de oír el evangelio ni una vez. Los malvados espíritus roban la semilla aun antes de tener una oportunidad de escuchar el evangelio. Han convencido a esta persona que el ser religioso, o ser un hijo de Dios en sí es malo y no le conviene. Esto es la persona QUE NO QUIERE SABER LA VERDAD. Más bien se cubre a sí mismo por medio de la mentira y los errores para disfrazar y justificar su propia voluntad. Este es un bruto, animal, sensualmente vive la vida, sin usar la mente mucho menos el alma.

O sea, hay razones y argumentos válidos para cambiarnos de ser condenado por Dios a ser exaltado, premiado, y salvo por Dios. Pero si uno ni se permite Dios la oportunidad de oír estos argumentos, entonces es un animal condenado sin remedio. Las palabras de Dios sobre quién es Él, su magnificencia y nuestro problema, el pecado, son importantes, pero si ni das a Dios una oportunidad, entonces vas al infierno sin remedio. Esto es triste, pero la culpa es totalmente tuya.

El problema al fondo es la corrupción de su propio corazón que les ha dominado tanto que no puede aceptar la verdad, ni cuestionar sus errores.

La Falta de Raíz en Sí

Mateo 13:21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.

La salvación bíblica es algo que uno “tiene”, porque ha obtenido por tener fe en la obra y promesas de Jesucristo. Pero fíjate que uno NI ES SALVO SI NO DEJA ESTO A AMPLIARSE O ECHARSE RAÍZ. La persona salva de inmediato cambia sus prioridades para que Dios y su salvación sean ANTES DE LO DEMÁS.

Mateo 19:29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Mateo 6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Hebreos 11:24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros « de los egipcios;» porque « tenía puesta la mirada» en el galardón.

A un salvo valora mas las cosas de Dios que las cosas del mundo. Moisés decidió así.

Hay una valoración que un salvo hace. Ve su salvación de su alma más importante que cualquier otra cosa en este mundo. El verdadero cristiano no permite NADA de tomar la prioridad sobre su relación con Jesucristo. Es visto en sus prioridades, en como gasta su tiempo, recursos, energías, intereses, y como organiza su vida poniendo a Cristo primero antes de todo. En Lucas 18:24-34, Jesús propuso que uno no puede ser salvo si mantiene deseos y interés de las riquezas, los placeres, la buena vida, etcétera.

Mateo 16:24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Se ve en lo que deja. El verdadero cristiano está preparado a dejar lo que sea para llegar al cielo. Esto se trata de riquezas y aspiraciones mundanas, pero aún se extiende a perder sus relaciones con su familia en esta vida. Lucas 14:25-33.

La Competencia con Otras Cosas

Mateo 13:22 ​El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Lucas 8:14 ​La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

Satanás usa las cosas mundanas de la vida, poniendo mayor importancia sobre ellos en nuestras mentes, corazones, y almas para que no lleguemos a lo mero importante que quiere Dios. Todo esto hace victoria o derrota por cómo ponemos las prioridades sobre cuáles cosas. La competencia es…

1.) el afán de este siglo – Muchas personas preocupan más de su comida, ropa, asuntos y detalles  de su vida (cuerpo físico) más que por su alma. El error aquí es la falta de discernir la diferencia entre cosa terrenales de la vida, y lo espiritual en el alma. Entre lo temporal y lo eterno.

2.) el engaño de las riquezas – Aquí el error es de pensar, “lo más dinero que tengo y gasto, lo mejor será mi vida.” Es de no aceptar riquezas por el peligro espiritual que es. Riquezas son nuestros enemigos para derrumbar nuestra alma. Debemos usar dinero, pero no hacerlo nuestro dios, nuestro fin, nuestra meta.

3.) los places de la vida (Lucas 8:14) – Otra vez el error de no discernir entre “disfrutar la vida al máximo” y “ser útil y servir a Dios por sus propósitos”.

Anotamos que estos elementos “ahogaron” la Palabra de Dios en uno. O sea, toman más control sobre uno que Dios tiene de control de uno.

La Buena Tierra

Mateo 13:23 Más el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye, y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Jesús definió la persona salva con que “oye, entiende, y da fruto.” El punto aquí es que el hijo de Dios tiene constante interacción con la Palabra de Dios, nuevamente cada día aprendiendo más y poniendo en práctica en su vida. Si de veras cree en Jesucristo como su Salvador, crecerá espiritualmente.

Hay una “producción de fruto” que debe pasar, y esto podemos ver en varias formas. El verdadero cristiano se marca por dar fruto en…

1.) Evidencias de un hijo de Dios. Nadie es salvo sin evidencia de ello en su propia vida. Vives como un hijo del Diablo, es porque eres uno. Los hijos de Dios son (en su esencia) diferente del mundo.  2.) El fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23). Pablo explicó cuáles son este fruto espiritual que debemos tener. Este fruto es algo que se ve como Cristo viviendo adentro de uno mismo. 3.) El fruto de almas para Cristo. Hay el fruto de reproducción de Cristo en otros. Esto es visto por un harto deseo y cumplir con traer más almas al reino de Dios.

Se nota que el verdadero cristiano se marca porque su vida es llena de evidencias de su salvación, y es su prioridad.

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