salv100 Las Marcas del Salvo

Las Marcas del Salvo examina lo que identifica a un salvo o cristiano por su cambio espiritual y su vida cambiada.
Por David Cox

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1 Juan 5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios. 1 Juan 1:4 ​Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.

La Biblia nos declara que una persona sin duda puede saber que es salva. Entonces, la salvación es algo que es definido. No hay duda de ello. Pero muchos cristianos no ponen importancia en saberlo. La salvación es fe, y la fe es lo opuesto de la duda. Hay dos asuntos muy importantes en esto. Primero, uno tiene que tener la salvación bien definida en su propia mente porque si dudas de que tienes la salvación, no eres salvo. Segundo, la salvación es un asunto en que uno entra en el grupo de redimidos, y tu salvación es parte de algo mayor que uno mismo. Esto implica que tu salvación está enredada con relaciones en este grupo, y que eres un miembro con otros redimidos. A fuerzas tienes que entender lo que es la salvación para relacionarte con otros redimidos. El gozo de ser salvo es, en parte, entender lo que es la salvación, y que tú estás envuelto en ello, incluso en ser parte de los redimidos.

La persona salva observa estas cosas, pero no son para presentarlas a un inconverso. Porque el inconverso por hacerlas va a tomarlas como buenas obras para ser salvo, y eso es equivocación. Somos salvos por fe, no por obras Efesios 2:8-9

La Fe Cristiana

Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que «lo que se ve» fue hecho de lo que no se veía. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

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Porque debo congregarme

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Nadie puede agradar a Dios si no tiene fe, en específico, creer en la existencia de Dios y en que es nuestro Juez moral. La fe es de creer aun cuando no se ven evidencias, pero es la certeza en el corazón del creyente porque Dios lo dijo. La salvación se resume, no en lo que tú haces para ser salvo, sino en el simplemente creer (confiar que es cierto) en lo que Dios ha hecho para salvarte. Esto no es de decir que no participes en tu salvación, porque tu fe es demostrada por tu vida. El justo vivirá por su fe (Hab. 2:4: Rom 1:17, Gal 3:11; Heb 10:38). Lo que crees llega a ser una parte íntegra en cómo vives, en lo que eres y en tu carácter moral. Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. El creer o confiar en lo que Dios ha dicho, en lo que ha prometido, es la definición de la salvación. La persona que dice que cree, pero su vida no cambia, es simplemente un inconverso todavía.

El Salvo es Guiado por el Espíritu Santo

Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

De ser guiado por el Espíritu Santo es de ser santo como Él es santo. Pero el salvo se marca porque su mente está ocupada con lo espiritual. Lo físico y lo material es de poca prioridad en comparación con las cosas espirituales.

Colosenses 3:1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

El Cambio Moral

Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

El punto es que la salvación no está solamente en la cabeza, la salvación está en el corazón, en la moralidad de la persona. Nicodemo era un rabí, sabia mucho sobre la religión de los judíos, un experto. Jesús vio la falla principal de su vida, que era no entender el cambio moral que Dios exige en toda persona salva. Esto es la definición de la salvación.

De Nacer, Tienes que Crecer

1 Pedro 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

En este punto, tenemos que entender que, a la vez, somos salvos al momento de recibir a Jesús, pero a la vez la salvación es un proceso. En la parábola del Sembrador (Mateo 13), Jesús enseñó que el ser salvo es como plantar una semilla. Solamente cuenta cuando rinde el fruto espiritual deseado. La semilla en la tierra con las cizañas y la semilla en la tierra de poca profundidad no fueron salvas al final. No somos salvos por buenas obras ni podemos perder esta salvación por una falta, o retener la salvación por cumplir con buenas obras. Pero la salvación es un proceso natural en cada salvo en que su vida va a producir fruto espiritual, a la imagen del carácter moral de Jesús, que resulta en el fruto deseado al final. Hebreos 10:36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. La fe nunca se entrega. Cuando todo parece indicar lo malo, la fe se forja adelante como si nada ha pasado. La perseverancia es una marca de la salvación. (2 Tim 2:12)

El Salvo Anda en Cristo

Colosenses 2:6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; 7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.

No es suficiente esperar hasta que uno muere; el salvo anda en Cristo mientras vive en la tierra, o sea, anda o vive como Cristo vivió. Esto es un perfil enredado con el ser guiado por el Espíritu Santo. Colosenses 2:9-10 vincula esto con el conocimiento y el entendimiento de la Palabra de Dios y de la voluntad de Dios. Es el discipulado, de seguir a Cristo. Efesios 4:14-15 nos indica que no es inestabilidad, sino que es la madurez espiritual, que con el tiempo y fe (constancia) aparecerá. El salvo no es movido de su fe o precipitado a pecar y a hacer acciones indebidas muy fácilmente. Es estable, constante, y fiel. La fe es constancia.

El Salvo produce buen Fruto

Juan 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. El salvo produce el buen fruto de la salvación.

Mateo 7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

Mientras que muchas personas afirman que son salvos, sus vidas enteramente testifican que son inconversos, sin la vida espiritual. En este fruto de sus vidas, uno detecta que son hijos de Satanás, no de Jesucristo. Se ve agresión, pecado y desinterés en las cosas de Dios.

El Salvo Adora a Dios por su Vida

1 Corintios 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 1 Corintios 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

El salvo vive su vida en un estilo de alta adoración a Dios y sacrificio a Él. Lo que hace es sacrificio espiritual para agradar a Dios.

El Salvo tiene una Visión Celestial

Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

En muchos de estos puntos, se embona uno con el otro. La fe implica que el salvo cree en la existencia de Dios, y específicamente en Dios como nuestro Juez. Si tenemos un Juez viéndonos, tenemos que saber cuando andamos mal, no hacerlo, y andar bien. Esto habla de la moralidad, en que Dios va a juzgar a cada persona en la moralidad de su vida. (Mateo 6:33) El salvo vive con este pensamiento en sobremanera guiando sus acciones, o lo que no hace. Siempre busca que su andar agrade a Dios. Moisés se destacó de lo demás porque tuvo “puesta su mirada en el galardón” (Heb 11:26) Filipenses 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador…

El Salvo Ama

1 Juan 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

La esencia de Dios es que Dios es amor. El amor bíblico es una actividad espiritual. El amor es mi sacrificio por tu beneficio. Pero la marca de todo salvo es este cambio moral específico. No se puede ser salvo si no se ha entendido este punto del amor. Dios nos amó (Juan 3:16), y uno no puede recibir este amor de Dios sin que inunde su corazón y cambie y sature su vida, y este amor va a brillar en sus tratos con otros. Es esencial que esta actividad espiritual del amor para otros embone con lo que salva al individuo.

1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

De nuevo, el amar no hace a uno salvo, sino que cuando la persona es salva, el amor fluye naturalmente de esta persona.

El Salvo imita a Dios, a Jesucristo

Efesios 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

Jesús es la imagen de Dios en persona como humano. Pero el salvo corrige bien su vida porque sabe que para entrar en el cielo, uno tiene que ser moralmente como Dios es. Esto, de nuevo, no es una buena obra para ser salvo, sino es una confianza que Dios nos da que somos salvos cuando actuamos como es Jesús. Dios manda al Espíritu Santo para que nos cambie porque no podemos hacerlo por nosotros mismos.

El Salvo siempre Adora a Dios

Lucas 4:8 ​Respondiendo Jesús, le dijo: «Vete de mí,» Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

Hebreos 12:28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;

Dios es tan magnificente que todas sus criaturas deben adorarle. La adoración es de entender cómo es Dios moralmente, en su carácter y en sus hechos, y de imitarle. Entonces, un salvo entiende que leer, estudiar y aplicar la Biblia a su vida personal es la adoración. El salvo siempre pone prioridad en hacer esto en el compañerismo con sus hermanos en Cristo, los domingos en la iglesia. Nos congregamos para la formal adoración que se marca en los cultos cada día del Señor (los domingos).

El Salvo estima muy valiosas las Escrituras

Juan 10:14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

El verdadero salvo entiende lo que tiene en su salvación. Por esto, ama a su Salvador, y le imita moralmente quién nos da la salvación. Pero siempre en el corazón del salvo sobreabunda la gratitud hacia Dios por salvarle. Esto se ve en todos estos puntos, pero especialmente en honrar lo que Dios le dice en las Sagradas Escrituras. 2 Tesalonicenses 2:10 y con todo engaño de iniquidad para «los que se pierden,» por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. El salvo respeta altamente y estima cuando Dios le habla. Nunca desprecia la importancia de cada palabra de la boca de Dios.

2 Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,

El Salvo estima la Iglesia

Hebreos 10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

El salvo no desprecia los dones que Dios le da por medio de sus hermanos. Un don es la iglesia misma, la comunión de los hermanos en Cristo, y lo que ellos pueden hacer para ayudar y edificar al salvo. Además, es una bendición cuando el salvo puede ayudar, apoyar y edificar a sus hermanos en Cristo.

El Salvo depende de la Oración

Hechos 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Podemos decir que un salvo persevera en la doctrina de los apóstoles y en las prácticas de ellos. Un salvo cree que sus oraciones actualmente pueden cambiar su situación y la situación de otros. Esto es porque al orar recibiendo a Cristo, cambió su destino del infierno al cielo; entonces la oración funciona y es una fuerza vital en cómo resolvemos o aguantamos los problemas de esta vida.

El Salvo se Esfuerza en Alcanzar a Otros para Cristo

Su salvación es real, entonces tiene compasión de alcanzar a otros con el mismo remedio maravilloso que él ha encontrado.

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