salv21 No hay salvación sin amor

En No hay salvación sin amor explicamos porque y cómo el amor es integro con la salvación. Si uno no entiende y práctica el amor porque es parte de él no es salvo.

En No hay salvación sin amor explicamos porque y cómo el amor es integro con la salvación. Si uno no entiende y práctica el amor porque es parte de él no es salvo.

No hay salvación sin amor
Por David Cox
[salv21] v1 ©2012
Se puede fotocopiar e imprimir libremente este folleto
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1Jn 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

Juan nos declara que según Dios, cada cristiano verdadero ama. El que ama es “nacido de Dios” y el que no ama, no ha conocido a Dios como su Salvador. Es interesante y raro de pensar que el amor es un requisito para la salvación, pero aparentemente, lo es. Necesitamos entender qué es el amor, y cómo el amor se integra a nuestra salvación. Necesitamos identificar los aparatos que Dios ha puesto en nuestras vidas para crear, crecer, profundizar, enderezar, y aumentar nuestro amor.

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Sin amor, no eres salvo

Jn 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

La salvación es una expresión del amor de Dios para nosotros. No debe caer como extraño que uno no puede ser salvo sin entender este amor divino hacia a nosotros. Si no entiendes que el motivo PORQUE Dios nos salva es porque Dios es amor (en Su esencia o Ser), y la salvación es una expresión de su esencia, de su carácter moral. Dios no quiere que nada más seamos salvos, pero que entendemos la salvación divina, y cómo opera adentro de Dios.

2Ts 2:8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, 10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Mientras el carácter de Satanás está arraigado en el aborrecer, hurtar, dañar, y matar, el carácter de Dios está arraigado en el amor. La competencia para “nosotros” entre los dos gira alrededor sobre la verdad (Dios nos ama) y la mentira (Satanás dice que Dios nos aborrece, nos manipula, etc). Salvación entonces es de recibir la verdad del amor de Dios de tal forma que sea parte de nuestro carácter también.




¿Qué es el amor?
“Mi sacrificio para tu bien”

El amor es muy simplemente una decisión ((El verbo amar ocurre 9 veces (Sal 31:23, Amós 5:15; Zac. 8:19; Mat 5:44; Luc. 6:27, 35; Ef 5:25; Col. 3:19; 1Pedro 2:17) en la forma imperativo (mandamiento) entonces no es una emoción, o no es solamente una emoción, y definitivamente no es afuera de nuestro control. Unos quejan que no pueden amar a sus parejas, pero Dios nos manda a amar (mandamiento) a nuestros enemigos (Mat 5:44; Luc. 6:27, 35). Es una decisión de la voluntad, no lo que sientes. Tu mente y voluntad dice a tu corazón a qué va a amar, no visa versa.)) de la voluntad en que uno quiere a la otra persona, sacrificando su propia vida, bienes, intereses, deseos, etcétera, para efectuar el bien para la otra persona. Observamos que el amor no es solamente una emoción, sin una actividad de la voluntad, alma, y espíritu de uno. Juan luego califica este amor (1Jn 4:10), que no es que amamos a Dios para que seamos salvos (recibimos beneficio propio), sino que Dios nos amó sin la necesidad pero aun se sacrificó a su propio Hijo para salvarnos. Ef. 5:2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a símismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. (Fil. 3:7-8; 1Jn 3:16-18) Este interés y actividad in favor del otro es la mera definición de Dios, “Dios es amor” (1Jn 4:8), y “el amor es de Dios” (1Jn 4:7). Es lo que le gusta a Dios. La salvación depende en reconocer y entender este amor como Dios lo define, y luego aceptando la obra magna del amor divino, el sacrificio de Jesucristo en la cruz por nuestros pecados. “De aceptar” significa de incorporar esta misma calidad moral en nuestras vidas, practicándola siempre en nuestras vidas cotidianas.

1 Corintios 13:4-7 define lo que es el amor. Amor es sufrido (paciencia sin límite), es benigno (de ser útil, benevolente, proactivo, y beneficial hacia a uno). No tiene envidia (es satisfecho, sin celos, rencor), no es jactancioso (exaltando a sí mismo, sino concentrando en el otro). No se envanece (no es hipócrita, diciendo que quiere bien para el otro y a la verdad haciendo maldad). No hace nada indebido (causando afrenta o vergüenza). No busca lo suyo (todo dar Hechos 20:35, sino condicionar el recibir antes de conceder el dar), no se irrita (se controla sus emociones, y no se enoja fácilmente). No se goza de la injusticia sino en la justicia (lo correcto). El amor no es fingido, conformándose y tomando la forma más conveniente para conseguir lo que quiere.




La salvación en un concepto

Deu. 6:4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

Mat. 22:36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Dios hace la salvación en un solo concepto, el amor. Uno agarra este concepto, entonces comprende y abraza la salvación, y es salvo. El amor es el sacrificio de sí mismo para el beneficio del otro, ni modo como te trata el otro. ¿Qué hemos hecho bien para merecer el amor de Dios? La lista de que hemos hecho mal es extensa, y ninguna cosa positiva en nosotros se aparece para exigir a Dios que “DEBE” salvarnos. Dios nos salva porque quien es Él, no que somos. Así tienes que entender que Jesús murió en la cruz para ti, pero también este amor es la mera esencia, carácter moral de Dios, y es algo que uno no puede recibir o gozar en ninguna forma sin hacerlo parte de tu vida, saturando hasta lo más profundo del alma y vida esta esencia de Dios.




El amor es de perderse el “yo”

Juan 3:30 Es necesario que él crezca,  pero que yo mengüe.

Tal vez la razón porque Dios premia tan alto el amor es que se pierda la vida de uno invirtiéndola en las vidas de otros. Esto es en el carácter moral de Dios, quien hizo el universo, y provee para sus criaturas. La Biblia presenta Satanás con el carácter ego-céntrico, donde su beneficio y ganancia, su placer y voluntad, son lo más importante para él. La arrogancia, la soberbia, la avaricia, y muchos otros pecados giran alrededor de esta misma exaltación de sí mismo. La marca de un gran ser es la falta de ser arrogante, pero que es noble, beneficiando a todos los demás. Nobleza se marca porque no necesita exaltarse (ya es exaltado por su carácter), y es una persona pequeña espiritualmente hablando, no es una persona que vive buscando a otros de alabarle cuando no merece nada más condenación. O sea, personas indebidas de alabanza son los quienes ni hacen buenas obras ni son buenas, y estas más quieren la alabanza.




El Sacrificio es la Evidencia del Amor

En 1Juan 4:7, dice declara, “todo aquel que ama, es nacido de Dios.” La salvación viene directamente de recibir el amor de Dios (el sacrificio de Jesús en la cruz por ti), y uno no es salvo sin hacer este amor parte de tu vida. Ahora el amor es nada si no tiene muestra, o evidencia, de su existencia e intensidad. Dios sacrificó a su Hijo, ¿Qué sacrificas tú para Dios? Dios no necesita nada, entonces se hace difícil nuestro lado de la ecuación. Jesús nos ayudó con una parábola.

Mat. 25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Porque no podamos dar nada a Dios (que tiene todo, y todo lo que tenemos nosotros Él nos lo dio), entonces Dios exija que demostramos nuestro amor por Dios en cuanto a como tratamos a nuestros prójimos, y especialmente a hermanos en Cristo (como si ellos fueron Cristo mismo con necesidad).

1Jn. 4:11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 12 Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.




Amor en la familia

Ef 3:17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

Si Dios quiere que aprendamos del amor, entonces nos hace situaciones y estructuras donde podemos ejercer este amor. Primero sobre todo es la pareja. La reproducción de la raza humana es por medio de parejas, en que el amor es una base principal. Otra vez no es emoción solamente o primeramente, sino es una actividad espiritual en obedecer a Dios (Ef. 5:25 maridos a sus esposas; Tito 2:3-4 esposas a sus maridos) antes de nada. Después de esto, también a la mayor parte de estas parejas, Dios les concede hijos, donde naturalmente los padres aman a sus hijos (Tito 2:4). La familia es una estructura divina donde Dios nos impuso como un taller de práctica del amor. Cuando un marido o esposa no puede amar a su pareja, o entre familia, un hermano o hermana no puede amar a su hermano, indica la gran falta de la obra de Dios en ellos.




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