eva08 Nuestra Responsabilidad De Evangelizar

En este folleto, Nuestra Responsabilidad a testificar, examinamos los mandamientos en la Biblia a testificar de tu fe cristiana. Hay obligación hacia a los inconversos, y hay obligación que nosotros expresamos nuestra fe. TEMAS: Confesando a Jesucristo | Jesús es la Piedra de Tropiezo | Siendo un embajador de Reconciliación | No sé como Testificar | Las Ovejas se Reproducen | Cómo obra la Obra de Dios | ¿Qué haría Jesús? | Formas de Testificar

Nuestra Responsabilidad De Evangelizar

Por David Cox

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En este folleto, Nuestra Responsabilidad a testificar, examnamos los mandamientos en la Biblia a testificar de tu fe cristiana. Hay obligación hacia a los inconversos, y hay obligación que nosotros expresamos nuestra fe. TEMAS: Confesando a Jesucristo | Jesús es la Piedra de Tropiezo | Siendo un embajador de Reconciliación | No sé como Testificar | Las Ovejas se Reproducen | Cómo obra la Obra de Dios | ¿Qué haría Jesús? | Formas de Testificar




Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15

Uno de los últimos mandamientos que nuestro Señor nos dio fue el mandamiento de evangelizar al mundo. Este mandamiento es dado a todo creyente y es una obligación que debemos llevar a cabo sin faltar. Podemos decir con certeza que la obra de Dios depende de muchos cristianos testificando su fe a los inconversos. Realmente, sin esto, no hay necesidad de iglesias, porque no habrá salvos para ocuparlas. Es fundamental y básico para todo lo que es el ministerio. Además, lamentablemente es uno de los mandamientos más desobedecidos por los cristianos.

Confesando a Jesucristo

Mat 10:32 A cualquiera que me confiese delante  de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. 33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

Rom 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.

Nuestra salvación está basada en una relación personal con Jesucristo, en quien tenemos confianza para el perdón de nuestros pecados. Dios pone muy claro que la salvación es por la fe, o el creer en Jesucristo, pero debe haber también una confesión pública que señale a Jesús como nuestro Señor (“Señor” significa “amo o persona que domina y manda en nuestras vidas”). La persona que en verdad es salvo, no “será avergonzada” por Jesús, ni por testificar acerca de Él. Esto quiere decir que el verdadero hijo de Dios constantemente habla a inconversos sobre su Salvador, siendo primeramente capacitado y después  dedicado a testificar constantemente.

Jesús es la Piedra de Tropiezo

Rom 9:33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.

Realmente, Jesús provoca bullicio. Su vida, su carácter, sus palabras y “todo lo demás de Jesús” son cosas “fuera de lo normal.” Fue un hombre objetivo, directo, reprendía al pecado, sin ofender al menesteroso, al humilde y contrito. Su balance fue perfecto, no hizo daño al débil de carácter o en crisis, pero sí enfrentó a los falsos profetas, a los hipócritas y los malignos, a los que reconvenía duramente y sin misericordia. Por todo lo que representa Jesús, llega a ser un enigma para la humanidad, porque personaliza algo muy fuera de lo “normal” para el mundo.

Jesús es piedra de tropiezo, porque insiste en que todos los que confían en Él como el Salvador, deben cambiar y ser como Él. Esto significa ser como Jesús en su carácter moral y en su conducta.

Pero queda claro que el que es salvo por Jesús no sentirá vergüenza de identificarse con Él,     de confesarle y promoverle por todo el mundo, fundamentalmente a los inconversos.

Siendo un Embajador de Reconciliación

2 Cor 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Pablo explicó que Jesús, siendo sin pecado, tomó sobre si mismo nuestros pecados y “se hizo pecado” para salvarnos. Que Dios santo se hiciera pecado para rescatar pecadores no es un asunto ligero, sino un gigantesco sacrificio que hizo por nosotros.

2 Cor 8:9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.

Igualmente Pablo y otros autores de las Escrituras hablan del gran precio que Jesús pagó para redimirnos. Uno de las cosas que Dios nos obliga hacer en gratitud de nuestra salvación, es simplemente testificar o confesar nuestra fe en el Cristo a todos los que podamos. Jesús nos encargó esta tarea a todos los salvos. Los reconciliados tenemos la misión de ser “embajadores de reconciliación.”

No hay excepciones, no se puede delegar este trabajo a otros. Aunque la labor de los misioneros sea exactamente esto, su misión la realizan ellos independientemente al trabajo que hagamos localmente como iglesia. La confesión pública de Jesucristo es algo que uno debe hacer porque es salvo, ama a Cristo, y su fe demanda e insiste en que se publique al Salvador.

No sé cómo Testificar

Hechos 4:10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. 11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. 13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.

Observamos en los cristianos del primer siglo que cuando tuvieron una relación con Jesús, su sello era el denuedo, el valor, al testificar a otros de su relación personal con Jesucristo y las buenas noticias del evangelio. Esta experiencia salvadora de “conocer a Jesús”, es lo que siempre produce el denuedo, la energía en los convertidos de dar testimonio público de Jesús.

Las Ovejas se Reproducen

Hoy en día pensamos mal. Pensamos que los ovejeros (pastores) producen las ovejas, cuando nunca es así. Solamente las ovejas pueden reproducir más ovejas. No hay otra forma. Dios ha puesto a los pastores en autoridad en las iglesias para ayudar en el proceso, pero las ovejas son quienes deben estar evangelizando y ganando las almas para Cristo.

Mat 7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Tú profesas de ser cristiano, pero ¿reproduces  otros cristianos? Si no te reproduces causando o siendo instrumento para que otros lleguen a ser salvos como tú, no puedes decir que eres un cristiano porque no tienes “el fruto” de otros cristianos viniendo a Cristo. De un árbol de higos, salen higos. De ti, ¿Qué sale?

Mat 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Testificar es esencial para que uno demuestre su fe en Jesucristo. No siempre habrá mucha gente salva de cada cristiano, pero la evidencia de nuestra fe es el vivirla frente a otros, e informarles de nuestra esperanza. Poco a poco algunos deben llegar a  ser salvos por ti.

Juan 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.

Dios propone la idea: No llevar cualquier fruto, es una marca de la persona que no tiene la verdadera salvación, y Dios le echará al infierno. No confiesas a Cristo, de hecho.

Cómo obra la Obra de Dios

Efe 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

Muchos piensan que los ministros deben ser quienes hagan el evangelismo, o un ministro de evangelismo, a fin de cuentas todo esto es para evadir la obligación que cada cristiano tiene. La Biblia indica que los pastores, maestros, y evangelistas deben equipar o capacitar a los santos para que ellos hagan la obra de Dios (ganar al mundo para Cristo). Ayudan a los santos, pero no pueden hacer todo por ellos.

¿Qué haría Jesús?

Luc 19:10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Jesús compartió el evangelio con mucha gente en su vida, y vino específicamente para redimir a estas personas. Podemos decir que el evangelismo consumió su vida. Ahora, si Jesús es tu Salvador, debes modelar tu vida según el patrón de Jesús, ¿Cómo debe ser tu disposición hacia el testificar?

Formas de Testificar

Desde Marcos 16:15, la obligación de testificar es extremadamente clara, si eres cristiano, debes testificar tu fe a otros. Hablemos un momento sobre cómo debes cumplir este deber. Primero, cualquier persona que ha tenido la experiencia de “ser salvo por Jesús”, debe ser capaz de recontar lo que otros hicieron para que él llegara a ser salvo.

Pero la verdad es que la mayoría de los cristianos no saben cómo testificar a otros. La primera cosa es mostrar interés, empezando con oración por la salvación de los inconversos, reparto de folletos, invitar e insistir con la gente a que venga a la iglesia. Ya después, empieza el  aprendizaje de como compartir tu fe con otros por medio de personas que sí saben cómo hacerlo, y que hoy, ya están haciéndolo muy bien.

Luego, debes apartar tiempo y espacio para acompañar a estos para observar sus sistemas, y poco a poco irás aprendiendo hasta llegar a desarrollar el método que más te acomode.

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