doct09 Dios quiere comunión con nosotros v3

En este folleto examinamos la comunión entre Dios y el hombre. A la verdad, esto es lo que quiere Dios con nosotros, y toda la Biblia se concentra en este punto. Será fácil si no eres por el pecado que estorba esta comunión. La salvación restaura la comunión, o hace posible, pero aun los salvos no quieren buscar comunión con Dios.

Dios quiere comunión con nosotros
Por David Cox
[doct09] v1 ©2011 www.folletosytratados.com
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Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Gén 3:8-9

Desde el principio de la historia del hombre, Dios creó al hombre para compañerismo con Él. Esto es lo que quiere Dios con nosotros, comunión. Esta comunión se extiende a Dios actualmente existiendo adentro de nosotros. Juan 14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.



¿Qué es la comunión?

Isa 62:5 Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.

Lo que desea Dios es esta relación entre Él y Nosotros. Pero, ¿Qué es la comunión? No es solamente hablar uno con el otro, sino es una relación de tal forma que se comparten la vida el uno con el otro. Esto habla del intercambio de eventos, deseos, gozos, penas, y el servir y ayudar el uno con el otro. Dios usa varias formas de describir esto, y una de estas es la comunión que dos personas tienen en una relación matrimonial. Esto no quiere de decir que somos mujeres, o que Dios es necesariamente masculino. Quiere decir que como esposa y marido comparten nuestras vidas juntas, así Dios comparte la vida con nosotros, y nosotros con Dios. Sobre todo, las penas y gozos de uno son altamente sentidos en la otra. Esta relación o compañerismo son una emoción de gozo o alto bienestar cuando uno tiene interacción con el otro. Dos jóvenes en amor es un buen ejemplo. No pueden esperar a ver y hablar uno con el otro. Dicen, “esto es el amor.” Dios quiere que nosotros le amemos.

Mat 22:36-38 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.

Dios describe esta relación con el concepto de “amor”, que es cuando una persona desea emocionalmente el bienestar, gozo, y la otra persona. Quiere ver que todo anda bien, y que la otra persona es contenta.

Óse 2:19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.

En esta relación entre los dos, hay compromisos e intercambios. Hay principios que gobiernan sobre esta relación, y a la verdad, controlan y modelan la relación, lo que pasa y no pasa.



El hombre en el Huerto

Gén 3:8-9 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Lo quiso Dios del hombre desde el principio es comunión. Lo que el pecado hizo era de destrucción esta comunión entre el hombre y Dios, les separó, poniendo la barrera de la voluntad pecaminosa por en medio, para que la comunión no pudiera existir libremente.



¿Qué son los requisitos para la comunión?

1Juan 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

Básicamente el requisito principal para tener comunión con Dios es que compartimos SU CARÁCTER MORAL. Si “andamos en luz” igual como “él esta en luz” significa que vivimos el carácter que Él tiene. Hay implicaciones de esto.

Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Lo que tenemos que notar es que no hay salvación sin un consecuente cambio del carácter del salvo. La salvación causa este cambio, y sin el cambio, no hay verdadera salvación en la persona.

1Jn 2:14… a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

Jn 3:19-21 Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.

Los principios de Dios (representados en la Palabra de Dios) viviendo adentro de nosotros es lo que se identifica que uno es salvo.



Que el hombre toma el carácter moral de Dios.

David y Dios

1Sam 13:14… Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo…

Hch 13:22… He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.

Sal 42:1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Sal 63:1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,

Dios nos presenta a David, varón que buscaba el corazón, su favor, o de altamente agradar a Dios.



El arrepentimiento de sus pecados.

Lo que estorba esta relación es el pecado que ofende grandemente a Dios. No hay restauración de esta comunión sin que el hombre se quiebra su voluntad, sujetándose a Dios. Entonces Dios requiere el arrepentimiento antes de que salva (Luc 13:5 “si no os arrepentís todos pereceréis igualmente”).

Dios en el Tabernáculo y Templo

Éxo 25:2 Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda. 8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

Lo más obvio del tabernáculo y templo que parece que nadie ve ni entiende es que esta estructura es siempre en medio del pueblo de Israel, el pueblo de Dios, para representar su relación con el pueblo de Dios. La idea es Dios habitando en medio del pueblo de Dios, siendo parte de sus vidas diarias. Esta convivencia es algo que exigía mucho del pueblo de Israel para mantener esta presencia de Dios con ellos, y en turno, la mano divina de bendición y protección de Dios sobre ellos. Es algo que en sí, representa la salvación, comunión con Dios, y bendición y protección. Pero la presencia actual de una estructura nunca fue el punto. Teniendo el templo o no teniéndolo no trajo la bendición ni la presencia de Dios. Lo que trajo la presencia de Dios era la adoración aceptable del pueblo, en meter Dios físicamente presente en sus vidas. Otra vez, no es un edificio, sino de poner prioridad e importancia sobre el carácter de Dios en sus vidas.



Emanuel, Dios encarnado en Jesucristo

Mat 1:23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

El nombre “Emanuel” significa “Dios con nosotros”. Otra vez vemos el simbolismo de Dios morando adentro del pueblo de Dios.

1Ti 3:16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.

Pablo habló de la piedad. La piedad enfoca en la manifestación del carácter moral de Dios por medio de un ejemplo perfecto, la vida de Jesucristo. Todo esto se cuelga sobre la persona de Jesucristo (Dios encarnado) viviendo entre nosotros. Cuando entendemos que Dios quiere que adoramos a Dios por enfocando en Jesucristo, y esto es especialmente en su carácter y persona. Este enfoque es de exaltarle por estudiarle e imitarle.

Ef. 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

1° Juan 2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo

Juan 13:15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

1 Ped. 2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

Mat 11:29 “llevar su yugo sobre nosotros, y aprended de él, que es manso y humilde




El Espíritu Morando adentro del Hombre

Jn 14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Rom 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

1Co 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

Efe 2:22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

1Pe 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

Jesús hizo equivalente Dios morando adentro de una persona con la persona viviendo conforme a la voluntad de Dios (Jn 14:23). Pablo explicó que el creyente vive dando control al Espíritu, no a la carne, o si no, ni es salvo. Pedro explicó que el propósito divino es que anunciemos las virtudes de Dios. Comunión implica ser como el otro tanto comunicación y deseo. En este caso, nos toca a nosotros de cambiar a ser como Dios, y Dios a cuidarnos y demostrar Su amor a nosotros.



El Cielo: Dios y Hombre Viviendo Juntos

1Te 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Mat 8:11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;

A fin de cuentas, la salvación es últimamente representada con el concepto de los redimidos viviendo juntos con Dios para la eternidad. Esto es el fin de la salvación, compañerismo, comunión, existir y vivir junto con Dios para siempre.



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